Be Slow.

La vida es lo que nos pasa mientras hacemos planes a veces. 

Hace unos días tenia mi vuelo para irme de vacaciones a Fuerteventura. No tenia un plan del viaje pero si la mapa de la isla en mi móvil estaba bien llena de corazones, de sitios, de playas, de experiencias que me esperaban. Tenia incluso un pequeño texto de comienzo de viaje, una Fuerte Aventura, así la imaginaba.  Un segundo shot de Canarias, después de mi primera vez en 2020 en Lanzarote, de vuelta de mi Camino de Santigo y pre nueva etapa en Barcelona con un nuevo trabajo. Todo unido a una resaca emocional importante. La isla ha sido para mi un sanar total, un conectar conmigo, un encontrarme, un soltar, un cuestionarme para encontrar y no respuestas. Me había sentido una isla y así necesitaba sentirme. Pensaba esta vez también hubiera sido asi, ideal y perfecto. Un viaje de 10 días solo conmigo, por la salvaje Fuerteventura, sintiéndome exactamente como ella, una isla salvaje. 

Un cargar las energías antes del nuevo comienzo de trabajo, la vuelta a mi sector, finalmente, después de esta paro del turismo con el COVID. 

Que pasó? Uno sliding door. Un cambio de dirección, un cambio de plan, algo inesperado, algo fuera de control. 

Pasó que entré en el club de los positivos, exactamente la noche antes de mi vuelo, y di positiva al Covid. Realmente no me sorprendí, ósea, antes o después “tenia que pasar”, con la vida que hago, llena de eventos, conciertos, aventuras, salir con amigos, normal podía pasar.

Digamos que tuve un momento de rabia porque claramente nunca es un buen momento pero pensé vaya timing, justo antes de mis vacaciones. 

A las 5 de la noche pensé en media hora todas las posibles opciones, me voy igualmente y me cuido allí, me quedo en casa, tengo síntomas o no, igual el test es un error.

Al final escuché la parte mas fuerte dentro de mi, la responsable, la respetuosa, la que hace lo que le gustaría los demás hicieron con ella. Síntomas, que tengo, o no síntomas, no me hubiera sentido nada bien o atenta y correcta con las personas, en salir y irme de vacaciones, coger un vuelo de 3 horas sabiendo de ser positiva. 

Hice bien. Ha sido la decisión correcta para mi y los demás. 

A veces la vida nos presenta un cambio de plan y nos abre a una nueva versión que no calculamos pero quizás es la que nos hace falta. Hay una canción que me encanta y que guardè para la playlist de Fuerte, el titulo es Be Slow, pues así me lo tomo, evidentemente mi cuerpo me está diciendo esto, Nenne, Be Slow. Slow down, calmate. 

El cuerpo nos habla, como durante el Camino de Santiago, así durante el Camino de la vida. Iguale estas en tu mejor momento, en tu high, lista, con tu maleta, para irte de vacaciones, y lo ultimo que piensas es cambiar el plan, pero tu cuerpo te habla y esta gritando, pidiéndote de parar. 

Hay que escucharlo y darle lo que te pide. 

En estas ocasiones hay dos maneras de tomarse las cosas. 

Por ejemplo, hoy es Domingo, un hermoso domingo de sol. Me desperté a las 4 de la noche, no solo por las crisis de tos, si no por los vecinos también, que volviendo felices y bien alegres empezaron a chillar y en el patio se oía todo. Cuando me desperté por la mañana en el salón de casa había una invasión de hormigas tanto dentro como fuera en la terraza. Añadir que hay un sol hermoso, ideal para picnic, paseos, playa y todo. El resultado es que es fácil, muy fácil, caer en la tentación de cagarse en todo, como bien se usa en español, y de dejarse invadir para una sensación negativa. 

La otra opción, la que prefiero es, concederse estos 5 minutos de quejas, de rabia, de libertad emocional, dejando salir todo lo que uno siente dentro, para luego enfrentar la montaña trocito a trocito, minimizando la pesadez y dándose cuenta que es mucho menos peor de lo que parece. 

No pude irme de vacaciones es verdad, pero, Fuerteventura no se mueve, habrá su momento, la ocasión para volver; este no era y no será el único viaje de este año; Barcelona es mi casa si, pero es como estar de vacaciones siempre, con todo lo que tiene. Vivo en una de las ciudades mas bonitas al mundo, de que estamos hablando? Aunque fuera que pasaré mis días libres aquí, ojalá pudiendo salir un poco a la playa, tengo la suerte de estar en un sitio hermoso, y es como estar de vacaciones ya. Luego, una pequeña cuarentena tampoco está tan mal si la tomas con serenidad y a la vez como oportunidad. Slow down, cosa que muy pocas veces hacemos, especialmente ahora después de la vuelta a la vida. Un momento en que puedes dedicarte a lo que difícilmente le dedicas tiempo, sea leer, escribir, pintar, llamar tus amigos con los que no hablas desde hace tiempo, estar en video-llamada con tu familia, perderte en una serie, cocinar o simplemente descansar. Un viaje interior, un camino lento, un cuidarte, aceptando con paciencia, comprensión y mucho amor. Tomarlo con rabia y negatividad solo te quitará energías y no servirá de nada, mientras, si lo tomas con energía positiva puedes vivir esta experiencia de la mejor manera posible, dandole un significado, hasta que estarás bien para volver a salir, negativa de test, pero positiva de alma. 

Permitete también soltar, si en algunos momentos te da un bajón, acéptalo, está bien, no eres un robot. Es normal probar rabia y tristeza y decepción, es parte del juego de las emociones, deja que salgan pero no que ganes ellas.

Tomate también un momento para agradecer, las pequeñas cosas. Como tener una terraza que te permite, aunque estas en cuarentena, salir y leer un libro en frente al atardecer; agradece a los corazones gentiles que te escriben, se preocupan, se ofrecen hacerte la compra y están por ti cualquier cosa necesites. Son pequeños gestos que valen mucho! 

Cuídate. No te culpes. Escuchate y mejorate. 

Be slow. 

Con amor.